Leyendo algunas comparativas entre comunidades autónomas en España sobre el uso de la facturación electrónica, y buscando las opiniones de expertos para analizar las diferencias, encontramos que uno de los principales motivos que aquéllos aluden sería lo que llaman el condicionante cultural. Durante mucho tiempo todo se ha basado en el papel. Las empresas siempre han tenido la dinámica de recibir sus facturas en papel y querrían seguir así. Para justificar esto se habla de miedo y resistencia al cambio y miedo por desconocimiento tecnológico.
Indudablemente, habrá quien se aferre al papel; pero no parece razonable pensar que, en estos últimos tiempos de constante y rápida innovación tecnológica, todavía haya una mayoría que no ha llegado a ser capaz de adaptarse continuamente. Todos nos resistimos, y nuestro «desconocimiento tecnológico» sobre las tecnologías que no nos incumben es total y absoluto hasta que empiezan a resultarnos útiles, luego necesarias y después imprescindibles. Entonces las conocemos, a fondo.
Hay una profesional en particular que nos llamó corriendo porque uno de sus más importantes clientes le había pedido factura electrónica firmada y no quería «quedar mal».
– ¿Tienes ordenador e internet? -le preguntamos.
– Pero, ¿qué dices…? ¿Me tomas el pelo? Pues claro.
– ¿Sabes rellenar formularios y subir archivos?
– ¡Oye, ya está bien!
– Vale. Pues entras en www.efacturar.com, y, si encuentras alguna duda en algún momento, ya sabes dónde nos tienes…
No nos llamó. No llamó hasta el final de la semana: estaba encantada de su decisión y sólo quería darnos las gracias, como a ella se las había dado su cliente al comprobar a su vez las utilidades de la plataforma.
– Tuve algún problemilla con el navegador…
– Ah, y ¿por qué no nos llamaste?
– Lo pensé. Pero no hizo falta, ya me busqué la manera…
Desde ese día, cada vez que resolvemos por teléfono alguna duda o dificultad sobre el proceso, nos da por pensar en la cantidad de dificultades financieras, legales, de infraestructura, logísticas, del propio trabajo, a las quenuestros clientes se enfrentan cada día para sacar adelante sus empresas y negocios; y en que, ojalá que todos sus problemas se redujesen a estos «problemas» por «desconocimiento tecnológico»… Saben dónde y cómo encontrar las soluciones. Así que, entonces, ¿quién dijo miedo?