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Un café y una regla de oro

on 25 noviembre, 2015

La pasada semana charlábamos con un viejo conocido a quien hacía tiempo que no veíamos, mientras tomábamos un café. Nos puso al día de la situación de su empresa de reprografía e impresión digital, y de cómo han ido capeando estos años difíciles para todos. Cuando surgió el tema de la facturación electrónica, el hombre comenzó a lamentarse de las tareas de facturación en su empresa. En los últimos meses habían optado por el envío de los archivos .pdf con el contenido de la factura a sus clientes. Pero algunos de estos clientes le habían advertido que estos documentos, al carecer de firma legal, no son facturas legales, si no cumplen alguno de los demás requisitos que establece la normativa, y se las habían solicitado en papel. Estos mismos clientes le habían preguntado cómo es que su empresa, siempre preocupada por mantenerse al día en lo que se refiere a cambios tecnológicos, no tenía una fórmula para enviar las facturas legales vía internet. Con respecto al envío de facturas para las Administraciones Públicas, no entramos al tema, pero su gesto fue más que elocuente…

Había otro montón de cosas que hacer y quedamos para otro rato, en su oficina, en otra ciudad. Y, mientras le mostrábamos www.efacturar.com, haciendo pruebas con varios dispositivos y lanzaba exclamaciones sobre suaccesibilidad desde cualquier lugar, sobre la posibilidad de obtener informes de accesos, descargas y firmas de las facturas, sobre su facilidad de uso, y de los precios, sin altas ni inversiones, sin compromisos ni ataduras a nada, dijo en voz baja, como para él, algo que nos impactó: «Esto es todo un descubrimiento. Mis clientes no se lo van a poder creer…» En su cara había un gesto de satisfacción y de complacencia.

Después lo hablamos. Comprendíamos por qué ese negocio había vadeado durante tantos años tantas diferentes circunstancias: la persona que lo ideó siempre piensa y quiere mejorar, y siempre para sus clientes y éstos lo saben bien. Y nos dejó aún más claro que conocer a nuestros clientes es la regla de oro. Y que la inteligencia aplicada a la efectividad de la comunicación con la clientela es la clave fundamental de nuestros negocios en éste y en cualquier otro momento.

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